TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)
Es normal tener algún tipo de pensamiento obsesivo, y también es frecuente realizar determinados rituales de forma repetitiva sin mucho sentido. Pero hablamos de trastorno obsesivo-compulsivo sólo cuando las obsesiones (pensamiento recurrentes) o las compulsiones (los actos repetitivos) son tan intensos que: (1) alteran la vida de la persona (ej: suponen pérdidas de tiempo superiores a una hora cada día); (2) deterioran la actividad laboral (ej: la persona abandona varias veces su puesto de trabajo para comprobar algo); o (3) afectan a la vida personal y familiar de forma significativa (ej: el sujeto tiene que levantarse ocho veces por la noche para comprobar si la llave del gas está cerrada).
Las personas con un trastorno obsesivo-compulsivo suelen reconocer que estas obsesiones o compulsiones son exageradas o irracionales aunque no son capaces de pararlas o evitarlas. Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar intensos. Aunque la persona es consciente de que estas obsesiones son el producto de su mente, se siente incapaz de controlarlas y considera que no encajan en el tipo de pensamientos que él debería tener.
Las obsesiones más frecuentes se mencionan a continuación: (1) contaminación (ej: contraer una enfermedad al estrechar la mano de los demás, al tocar la barra para agarrarse del autobús o al manejar dinero); (2) dudas repetitivas (ej: preguntarse a uno mismo si se ha realizado un acto en concreto, como haber olvidado cerrar la puerta del coche con llave); (3) disponer las cosas según un orden determinado y ser incapaz de tolerar el que no estén así colocadas (ej: se sienten muy mal si alguien les cambia de posición unos libros o unos objetos que estaban colocados simétricamente; (4) miedo a tener un impulso de carácter agresivo u horroroso (ej: miedo a hacer daño a alguien con un cuchillo o a gritar obscenidades en una iglesia); y (5) fantasías sexuales (ej: una imagen pornográfica recurrente que no se desea tener).
La persona que sufre estas obsesiones trata de ignorar o suprimir estos pensamientos o impulsos mediante otras ideas o actividades denominados "compulsiones"). Por ejemplo, alguien preocupado por si se ha infectado al coger el cambio de un billete puede tratar de "purificarse" lavándose las manos muchas veces o de una manera muy intensa con productos muy abrasivos; o alguien que teme que a sus hijos les sobrevenga una enfermedad por haber pisado unas baldosas en la parte en que forman una cruz puede rezar diez padres nuestros para evitar esa desgracia.
Por tanto las compulsiones se definen como comportamientos (por ejemplo, lavados) o actos mentales (por ejemplo, rezar o repetir una palabra cien veces) de carácter recurrente, cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad o el malestar, pero no proporcionar placer o gratificación. En la mayoría de los casos las personas obsesivas se sienten impulsados a realizar la compulsión para reducir el malestar que lleva consigo un pensamiento determinado o bien para prevenir algún acontecimiento o situación negativos.
Como hemos visto en los ejemplos, las compulsiones más habituales son las de lavado o limpieza, las comprobaciones, las demandas o exigencias de certeza (preguntar una y otra vez si se ha hecho tal cosa), los actos de carácter repetitivo y la puesta en orden de objetos.
Las personas con un trastorno obsesivo-compulsivo suelen reconocer que estas obsesiones o compulsiones son exageradas o irracionales aunque no son capaces de pararlas o evitarlas. Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan una ansiedad o malestar intensos. Aunque la persona es consciente de que estas obsesiones son el producto de su mente, se siente incapaz de controlarlas y considera que no encajan en el tipo de pensamientos que él debería tener.
Las obsesiones más frecuentes se mencionan a continuación: (1) contaminación (ej: contraer una enfermedad al estrechar la mano de los demás, al tocar la barra para agarrarse del autobús o al manejar dinero); (2) dudas repetitivas (ej: preguntarse a uno mismo si se ha realizado un acto en concreto, como haber olvidado cerrar la puerta del coche con llave); (3) disponer las cosas según un orden determinado y ser incapaz de tolerar el que no estén así colocadas (ej: se sienten muy mal si alguien les cambia de posición unos libros o unos objetos que estaban colocados simétricamente; (4) miedo a tener un impulso de carácter agresivo u horroroso (ej: miedo a hacer daño a alguien con un cuchillo o a gritar obscenidades en una iglesia); y (5) fantasías sexuales (ej: una imagen pornográfica recurrente que no se desea tener).
La persona que sufre estas obsesiones trata de ignorar o suprimir estos pensamientos o impulsos mediante otras ideas o actividades denominados "compulsiones"). Por ejemplo, alguien preocupado por si se ha infectado al coger el cambio de un billete puede tratar de "purificarse" lavándose las manos muchas veces o de una manera muy intensa con productos muy abrasivos; o alguien que teme que a sus hijos les sobrevenga una enfermedad por haber pisado unas baldosas en la parte en que forman una cruz puede rezar diez padres nuestros para evitar esa desgracia.
Por tanto las compulsiones se definen como comportamientos (por ejemplo, lavados) o actos mentales (por ejemplo, rezar o repetir una palabra cien veces) de carácter recurrente, cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad o el malestar, pero no proporcionar placer o gratificación. En la mayoría de los casos las personas obsesivas se sienten impulsados a realizar la compulsión para reducir el malestar que lleva consigo un pensamiento determinado o bien para prevenir algún acontecimiento o situación negativos.
Como hemos visto en los ejemplos, las compulsiones más habituales son las de lavado o limpieza, las comprobaciones, las demandas o exigencias de certeza (preguntar una y otra vez si se ha hecho tal cosa), los actos de carácter repetitivo y la puesta en orden de objetos.