Timidez

De repente se pone rojo, le sudan y le tiemblan las manos, se le quiebra la voz, el estómago parece <<estar al revés>>,  el corazón late muy rápido y parece que todos se diesen cuenta de lo que le ocurre. Se experimenta una sensación de ridículo y unas enormes ganas de esconderse a las miradas de los otros. <<¿Qué pensarán de mí? ¿Dirán que soy un tímido?>> Frente a esta situación la persona siente miedo y sólo piensa en huir lo más rápido posible.

La timidez es la consecuencia de la falta de seguridad en uno mismo cuando se entra en contacto con otras personas. Se trata de un estado emocional que se acompaña de síntomas vegetativos como rubor, sudoración, taquicardia y ansiedad, y que a la larga provoca conductas evitativas puesto que el tímido rehúye aquellas situaciones en las que su timidez se hace evidente.

Existen dos cuestiones relacionadas con la timidez pero que no significan lo mismo: introversión y vergüenza. El introvertido puede ser tímido o no tiene tendencia a encerrarse en sí mismo y a abrirse poco a las personas que lo rodean, se siente cómodo con los objetos, los libros o la naturaleza y disfruta en solitario sin tener la necesidad de compartir sus vivencias con los otros.

El tímido se siente inseguro de sí mismo de forma general o sólo en momentos concretos, como cuando tiene que hablar en público, hablar con una persona del sexo opuesto o conversar con gente a quien no conoce. Teme además que su timidez se note, que los demás se den cuenta es algo que le horroriza. Sin darse cuenta se aparta y se aísla socialmente en su vida laboral o afectiva.

Las consecuencias de la timidez son negativas, afectan a la estabilidad psicológica, la satisfacción personal y las relaciones con los demás. Crea problemas sociales, dificulta conocer gente nueva, hacer nuevos amigos y disfrutar de experiencias novedosas y satisfactorias; y tiene correlatos emocionales negativos, como la soledad, el abandono y la depresión.

La terapia consiste en identificar el origen de la timidez para poder rebatirla. Suele proceder de un sentimiento o un complejo de inferioridad: quien lo sufre se siente inferior por una causa real o imaginaria. Puede heredarse de los padres genéticamente o aprenderse de ellos por la convivencia. Si en la infancia hay un aislamiento o dificultad en las relaciones afectivas puede desarrollarse un carácter tímido, como por ejemplo si hay una carencia en la relación madre-hijo.

 

Buscar en el sitio

www.psiconscienciarte.com