Mutismo selectivo
El mutismo selectivo es un trastorno de la conducta que se inicia en la infancia y que se caracteriza porque los niños que lo presentan evitan o inhiben persistentemente el habla en situaciones sociales específicas. Los niños que presentan mutismo selectivo se desenvuelven y hablan con normalidad en el ambiente familiar, sin embargo, cuando se encuentran ante personas poco conocidas, se vuelven tímidos y retraídos. Algunos niños incluso evitan el contacto visual y no se comunican de ninguna manera con los demás, evitando cualquier gesto o cambio en su expresión facial.
El comienzo de la inhibición del habla suele coincidir con la ocurrencia de un cambio abrupto y prolongado en el que los niños pasan de un contexto conocido y seguro (el familiar) a otro desconocido e incierto (jardín de infancia, parvulario, escuela, ingreso hospitalario prolongado, cambio de lugar de residencia, etc). La mayoría de los casos de mutismo selectivo se debe a fobia social, un trastorno de ansiedad caracterizado por la inhibición de las acciones sociales a causa del miedo a pasar vergüenza o a ser juzgado negativamente por los demás.
A pesar de que es poco común, el mutismo selectivo merece mucha atención porque persiste y tiene un impacto debilitante en los niños pequeños. Este problema puede tener aspectos sumamente negativos sobre el funcionamiento social y educativo. Es importante establecer que el silencio no se debe a falta de competencia lingüística ni tampoco a otras afecciones como el trastorno de la comunicación, el trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo. El tratamiento que mejor resultado presenta es la terapia conductual junto con la intervención familiar y la psicoterapia.