Fobia Social

Lo fundamental en este caso es que la persona experimenta un miedo persistente y acusado en situaciones sociales o en actuaciones en público. La persona teme que estar con otros sujetos le coloque en situaciones embarazosas. Se trata de fobia social cuando estar en situaciones sociales produce una intensa respuesta de ansiedad pudiendo derivar en una crisis de angustia. 

La persona que presenta fobia social teme hablar o actuar ante personas ajenas al círculo familiar más cercano o ante personas desconocidas. Aunque los adultos que padecen el trastorno reconocen que este temor es exagerado y hasta irracional, no sucede así en el caso de los niños. En las personas menores de 18 años los síntomas deben haber persistido como mínimo durante 6 meses antes de poder diagnosticar una fobia social. 

Las persona aquejada de fobia social acaba evitando por completo las situaciones que supongan estar con otras personas o actuar en público (por ejemplo, hablar ante el resto de la clase); no obstante, otras veces lo pueden soportar pero experimentando sumo terror. Además, para poder establecer el diagnóstico es imprescindible que el comportamiento de evitación, el temor o la ansiedad de anticipación interfieran notablemente con la rutina diaria del individuo (por ejemplo, la persona deja de acudir a clase si existe la posibilidad de tener que hablar con personas no muy familiares), con sus relaciones laborales (por ejemplo, el empleado pide una baja porque no puede acudir a su departamento ya que se va a realizar una reunión) o con su vida social (por ejemplo, la persona no va nunca a fiestas o reuniones). 

La persona con fobia social experimenta una preocupación constante por la posibilidad de que los demás le vean como a un individuo "raro", excesivamente ansioso, débil, "loco" o algo estúpido. En las conversaciones colectivas suele guardar silencio pues teme que los demás adviertan cómo tiembla su voz, o piensa que, en cualquier momento, le puede invadir una extrema ansiedad que le hará incapaz de articular correctamente las palabras. También es fácil que evite comer, beber (puesto que es posible que se atragante, que haga ruidos, o que exhiba temblor de manos al coger una taza o los cubiertos), o que evite escribir en público (por miedo a sentirse en apuros cuando los demás comprueben cómo le tiemblan las manos).

Los individuos con fobia social pueden presentar los siguientes síntomas de ansiedad: palpitaciones cardíacas, temblores, sudoración, rubor, molestias gastrointestinales, diarrea, tensión muscular, enrojecimiento y hasta confusión. 

En la fobia social es muy características la ansiedad anticipatoria de modo que mucho antes de que la persona deba afrontar la situación social temida o la actuación en público ya sufre enormemente (por ejemplo, muchas semanas antes de un examen oral está angustiado, aunque domine la materia; o días antes de acudir a una reunión social es incapaz de pensar en otra cosa, aunque no haya ningún hecho relevante en esa reunión). A veces esta ansiedad previa llega realmente a provocar el que el sujeto actúe de forma inadecuada debido a la intensidad de su miedo; lo que, a su vez, genera un círculo vicioso, pues en el futuro temerá aún más "meter de nuevo la pata".

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