Estrés
Resultan familiares expresiones como <<¡Qué estrés, no voy a llegar a tiempo!>>, <<Estoy muy estresada, no tengo tiempo para nada>> o <<Mi médico me ha dicho que lo que tengo es estrés>>. Sin embargo es un término muy difícil de definir, incluso para los profesionales de la salud, puesto que se confunde con ansiedad, depresión, melancolía e incluso úlcera.
El estrés o la respuesta al estrés es nuestra forma de afrontar y adaptarnos a las demandas o situaciones que la vida nos presenta. Y cada situación a la que está expuesta una persona es conocida como “estresor” y para hacerle frente necesita adaptarse a la misma.
La clave de estresarnos no está tanto en el estresor, sino en cómo percibimos éste. Esta percepción va a determinar que nos estresemos o no ante un mismo estímulo. Cuando hablamos de situaciones estresantes existe consenso en que hacemos alusión a situaciones con connotaciones negativas, por ejemplo, despido laboral, divorcio, muerte de un ser querido, desahucio, etc.
Aunque conviene advertir que existen momentos o demandas del medio que tiene un carácter positivo que pueden estresarnos igualmente, de modo que nos puede estresar casarnos, empezar un nuevo trabajo o incluso estar de vacaciones por raro que parezca.
