Discapacidad Intelectual y alteración de la conducta
Estas personas han aprendido a comportarse de un modo que nosotros llamamos problemático para conseguir las mismas metas a las que nosotros aspiramos en la vida, es decir, para obtener cosas que queremos como atención, afecto y objetos y evitar cosas que no queremos, como dolor, malestar, aburrimiento y fracaso.
Desde nuestra intervención hacemos una distinción importante: separar la forma de la conducta de su función. La función o propósito de la conducta es obtener alguna meta universalmente humana. Todos nosotros actuamos para asegurar esas mismas metas, pero lo diferente es la forma de la conducta que se use para conseguirlas.
Sin saberlo, hemos enseñado a quienes denominamos discapacitados a comportarse de modo inadecuado para asegurar sus deseos y necesidades humanas. Desde esta perspectiva intervenimos para comprender la función que cumple el problema de conducta para enseñarle a la persona una nueva forma de comportamiento adecuado para satisfacer sus necesidades.
Desde nuestra intervención hacemos una distinción importante: separar la forma de la conducta de su función. La función o propósito de la conducta es obtener alguna meta universalmente humana. Todos nosotros actuamos para asegurar esas mismas metas, pero lo diferente es la forma de la conducta que se use para conseguirlas.
Sin saberlo, hemos enseñado a quienes denominamos discapacitados a comportarse de modo inadecuado para asegurar sus deseos y necesidades humanas. Desde esta perspectiva intervenimos para comprender la función que cumple el problema de conducta para enseñarle a la persona una nueva forma de comportamiento adecuado para satisfacer sus necesidades.