Consciencia
Es el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y del mundo exterior, rasgo distintivo de la vida mental que nos permite darnos cuenta de lo que ocurre y permanecer alerta ante la realidad. La consciencia se mantiene alerta mientras estamos despiertos pero con el sueño se va relajando progresivamente hasta quedar adormecida.
Durante el sueño los elementos psíquicos de la consciencia se mantienen en reposo o se encuentran modificados de modo que el subconsciente se expresa a través de los sueños. Las estructuras anatómicas que regulan este proceso son la corteza cerebral, el hipotálamo y el sistema reticular, que determinan conjuntamente el fenómeno de despertar, el mantenimiento de vigilia y el sueño.
La consciencia puede afectarse e irse deteriorando hasta llegar a la inconsciencia. El primer estado es la somnolencia que se caracteriza por la necesidad de dormir y la fatigabilidad de las funciones psíquicas, sobre todo la atención. Si se acentúa, aparece el sopor en el que la persona sólo responde a estímulos intensos. El siguiente grado máximo es el coma, en el que no hay respuesta consciente a ningún estímulo psíquico.
Las alteraciones de la consciencia derivan de problemas biológicos y psicológicos. El alcohol, algunos fármacos, sustancias tóxicas cerebrales, enfermedades cerebrales agudas (encefalitis, hemorragias subaracnoideas…) y los tumores puedes alterar la consciencia en mayor o menor grado. Los trastornos psicológicos como la ansiedad, la angustia, la depresión, la esquizofrenia y ciertas neurosis pueden provocar alteraciones de la consciencia.