TÉCNICAS DE Autocontrol
Son procedimientos para ayudar a las personas a conseguir sus metas y no dejarse vencer por obstáculos, temores, dudas, debilidades, etc. El objetivo es conseguir que el paciente se vuelva activo y artífice en su propio cambio asumiendo la responsabilidad en el proceso de ponerse bien o mejorar su vida.
Lo que sucede durante el autocontrol es que el propio paciente emite acciones (conducta controladora) que alteran la probabilidad de que ocurra un comportamiento conflictivo (conducta controlada). Por ejemplo, una persona con un problema de adicción al juego (ludopatía) se impone cambiar de ruta (conducta controladora) para no pasar justo por delante del bar dónde cae siempre en la tentación de jugar a la máquina tragaperras (conducta controlada).
Algunas técnicas de autocontrol utilizadas frecuentemente son por ejemplo: a) Las técnicas de control de estímulos que se utilizan para controlar aquellos estímulos que determinan la aparición de la conducta que representa el problema. Se muestran útiles en casos de obesidad, problemas sexuales, conductas adictivas, falta de estudio, problemas maritales, insomnio, etcétera.
B) Las técnicas de programación conductual mediante las cuales se manipulan y planifican las consecuencias de la conducta controlada, por ejemplo, un estudiante que se levanta muchas veces durante el estudio (a por café, una galleta, un refresco, un cigarro…) decide levantarse a por una de estas cosas sí y sólo si ha leído y subrayado en los últimos diez minutos cuatro páginas del libro.
Los procedimientos de autocontrol permiten a las personas sentirse más libres, seguros y con mejor autoestima precisamente porque uno se hace dueño de sus impulsos, de sus caprichos y aprende cómo no dejarse llevar por el deseo del momento. El autocontrol también incluye a las autoinstrucciones que consisten en decirse a sí mismo mensajes positivos y realistas de forma convincente mientras está haciendo aquello que le cuesta.
Por ejemplo, alguien que está haciendo deporte y se va cansando se dice a sí mismo que puede seguir un rato más, que ese cansancio repercutirá en su bienestar y salud, que se está poniendo en forma, que cada vez aguantará más, etcétera. Pero si, por el contrario, se dice cosas como <<no puedo>>, <<esto es horrible>>, <<no soy capaz de aguantar>>, será difícil que se mantenga haciendo ejercicio.