ARMONÍA Y EMPATÍA

Solemos escuchar o citar frases relacionadas con la música como por ejemplo “La música amansa a las fieras” ó “La música es el verdadero lenguaje universal”. Y es que la música forma parte de nuestra vida cotidiana y ha estado presente en del desarrollo de nuestra especie.

Resulta imposible imaginar lugares en los cuales la música no esté presente, no haya canciones, melodías o ritmos. Esta nos permite compartir momentos espirituales y/o divertidos en compañía o no de conocidos generando condiciones de empatía entre los que vivencian el ritmo y la armonía.

La empatía hace referencia al proceso de ubicarnos en el marco referencial de la otra persona, a partir de las propias vivencias. Aunque no podamos experimentar en cabeza ajena si experimentamos en nuestras emociones y cogniciones las similitudes entre eventos que vivimos y coinciden.

La música provoca sentimientos, recuerdos, vivencias y condiciones que nos acercan más que conversando de manera común y corriente. La música es una forma de empatizar que sucede desde el primer momento en que me gusta la misma canción o melodía que a otros.

Esta condición a nivel musical bien podría ser llamada “estar en armonía con los demás”. En psicología denominamos a tal fenómeno “estar compartiendo momentos de empatía”. Lo interesante a nivel psicológico es advertir cómo a partir de la música puedo seguir ritmos diversos y formar armonías con los otros hasta llegar a ser empático.

Haciendo una analogía con la música, cada uno de nosotros tenemos un ritmo al hablar que depende de factores como el lugar de origen. Sin embargo la forma en la cual damos énfasis a las palabras y los tonos que usamos va construyendo un instrumento musical y psicológico importante, “el lenguaje”.

Las expresiones o gestos faciales armonizan con las del cuerpo, manos, postura, el movimiento de los pies y torso, que juntas parecieran interpretar una pieza musical. Siendo la música una manifestación artística tan accesible permite que alguien que no sea músico o intérprete profesional pueda disfrutarla o inclusive tratar de interpretarla.

Quienes nos dedicamos al bello y noble arte de la psicoterapia podemos recurrir a la música para ensayar y optimizar las tres cualidades básicas que necesita todo buen terapeuta que se precie, a saber, “aceptación, congruencia y empatía”. La música nos puede ayudar a tratar de comprender a partir de lo que el otro escucha y coincide con nuestro marco musical de referencia. Se trata de poner atención en el tipo de melodías o canciones que compartimos para poder empatizar y apoyar a las personas que solicitan un cambio. 

 

Buscar en el sitio

www.psiconscienciarte.com