Aerofobia O MIEDO A VOLAR

Algunos estudios sugieren que solamente el 6% de las personas se sienten totalmente confortables volando y que muchos ciudadanos evitan totalmente los aviones. Negarse a volar supone a la persona un coste que incluye tener que cancelar vacaciones, rechazar un puesto de trabajo o una promoción, perderse bodas u otras celebraciones familiares y el empeoramiento e incluso ruptura de algunas relaciones.

El miedo a volar no es igual en todas las personas que lo padecen y observamos que algunas se sienten un poco nerviosas cuando van a tomar un avión, y otras sienten un terrible pánico con sólo pensar que dentro de un mes van a tener que volar, situación que les impide casi dormir. Lo curioso del miedo es que tiene un patrón muy parecido a la excitación, de modo que muchas personas que superaron el miedo a volar ahora les encantan y les excita. El miedo se transforma en excitación agradable siempre y cuando se pueda superar y/o transcender.

A pesar de que el avión es el medio de transporte más seguro y eficaz, es para mucha gente una horrible pesadilla. Pero este razonamiento no parece servirles de nada a los que tiene miedo a volar, ya que los miedos no se curan con argumentos racionales. Alguien dijo: “Cuando la lógica y la imaginación entran en conflicto, la imaginación siempre vence”. Y hace 2.000 años, el filósofo griego Epicteto decía que “No son las cosas mismas las que al hombre alborotan y espantan sino las opiniones engañosas que tiene el hombre de las mismas cosas”.

 

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