Actitud Resolutiva
Cuando nos sentimos mal emocional y físicamente podemos hacernos preguntas y darnos cuenta de nuestros déficits y carencias aunque tal auto-revelación no sea en absoluto agradable.
Tomar conciencia de que envejecemos, enfermamos y morimos, de que nuestra existencia es finita, de que aquellos a quienes amamos nos pueden abandonar, nos provoca angustia. Saber que no sabemos y que necesitamos de los demás para casi todo lo que hacemos trunca nuestra ilusión de creernos seres completos.
Ante tal panorama o similares, se puede practicar una Actitud Resolutiva (reflexión madura) y admitir que se trata de un estado transitorio ocasionado por una situación concreta. Desde este sentimiento de malestar y una vez advertida la dificultad, problema, imprevisto, etcétera, se hace todo lo posible para resolver la situación y producir un cambio.
Esta forma de pensamiento maduro nos permite darnos cuenta de la existencia de otras formas de ver las cosas e insiste en la propia responsabilidad para cambiarlas. Las personas que mantienen una actitud resolutiva sufren las mismas vicisitudes desagradables que los que no la tienen, con la salvedad de que los primeros buscan resolver los problemas mientras que los segundos se abruman, se inmovilizan y se aferran a las excusas.
La preocupación, el malhumor, la intolerancia, los cambios de ánimo, la enfermedad propia o de seres queridos, los problemas económicos, las personas tóxicas que nos invitan a sentirnos mal, la frustración, el estrés laboral, el desempleo y/o precariedad laboral, sueldos bajos, hijos con dificultades escolares y/o con problemas personales, conflictos de pareja, etc., existen y existirán en mayor o menor medida para todos nosotros.
Con una actitud madura las dificultades se sobrellevan mejor, se piensa reflexivamente y nos impulsa a la búsqueda de soluciones. La actitud reolutiva no es sinónimo de felicidad sino de solución puesto que una persona con actitud resolutiva, aunque sufre momentos de malestar, hace algo al respecto. Mientras que una persona con actitud disfuncional se queja, se desespera, se enfada, culpa a los demás y no hace nada por cambiar su situación.